Diferencia entre sin plástico y zero waste

En los últimos años, gracias a la amplia cobertura mediática que han tenido algunas imágenes en particular, el tema de la contaminación plástica se ha convertido en parte de nuestra vida cotidiana y ha dejado de ser una reserva exclusiva de científicos y biólogos.
Palabras como reciclaje, economía circular y sin plástico han entrado en nuestro vocabulario y también en el de los políticos
Hoy, sin embargo, queremos aclarar el significado de dos términos que a veces se confunden o confunden con sinónimos. ¿Cuál es la diferencia entre sin plástico y zero waste?
El término sin plástico nació hace poco precisamente en respuesta a los problemas causados ​​por la contaminación del plástico e indica que un bien o servicio que no contiene elementos en su interior o envases de plástico.
El plástico es un material relativamente joven cuyo uso (especialmente para la producción de envases) aumenta constantemente y, por lo tanto, nos enfrenta a nuevos desafíos y problemas, como los micro plásticos, que necesitan soluciones innovadoras para futuro. Y no solo, sino que hay países que no cuentan con la infraestructura para el correcto reciclaje, en México la tasa de reciclaje es del 9.6%
En cambio, el zero waste es un movimiento que tiene una historia más larga y cuyo objetivo es reducir al máximo todos los tipos de desechos (reciclables o no). Su mérito fue destacar el gran problema de la eliminación de residuos y el hecho de que el reciclaje durante años ha sido utilizado como una excusa por la "parte rica del mundo" para justificar su producción en toneladas y toneladas.
Si, por un lado, aumentan los porcentajes de residuos enviados para el reciclaje (en este sentido, México es uno de los países más avanzados de América (actualmente existen 16 empresas recicladoras en el país que consumen el 60,1% de los plásticos reciclados.) Por otro lado, hay un aumento paralelo en la producción de residuos año tras año. Y está claro, al menos para nosotros, que esta segunda tendencia debe revertirse.
Al mismo tiempo, sin embargo, vivir un estilo de vida zero waste no debe limitarse a la simple reducción de desperdicios, en el sentido más clásico del término, sino también, en general, de cualquier tipo de desperdicio.
El impacto que tenemos como individuos, con las elecciones que hacemos todos los días, en nuestro planeta no se refiere al único desperdicio visible que producimos y debemos ser conscientes de esto.
En conclusión, la sostenibilidad ambiental es un tema complejo; muchos se sorprenden cuando descubren que no hay soluciones prefabricadas y absolutamente válidas porque hay muchos factores a considerar. El cambio climático es algo que nos afecta cada vez más de cerca y, aunque hay mucho trabajo por hacer, parece que la consciencia está extendiéndose poco a poco.

Cecilia.


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